*Cada persona es lo que hace con lo que hicieron de ella.

jueves, 16 de junio de 2011

cambiar la perspectiva

La rae dice; perspectiva:

3. f. Conjunto de objetos que desde un punto determinado se presentan a la vista del espectador, especialmente cuando están lejanos.

4. f. Apariencia o representación engañosa y falaz de las cosas.

5. f. Punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto.

6. f. Visión, considerada en principio más ajustada a la realidad, que viene favorecida por la observación ya distante, espacial o temporalmente de cualquier hecho o fenómeno.


A mi siempre (bah, no siempre, en realidad desde hace bastante poco, cuando me empecé a dar cuenta de que ciertos cambios son irreversibles); me llamó la atención esto del cambio de perspectiva.
Cómo puede ser que, mientras vos viajás en el tren, te imaginás cómo va a ser cuando te bajes. Te imaginás los miedos, los peligros, las alegrías también. Te visualizás el nuevo paisaje, incluso te visualizás vos en él... suponés que cosas te van a gustar y cuales no. Pensás, reflexionas, entonces, sobre el destino y sus vicisitudes...
Por otro, también, reflexionás sobre el viaje en sí.
Quizás al principio, cuando te subiste al tren, te gustó. Quizás nunca habías viajado en tren, o sí, pero claro, este tren era diferente. Te gustó subirte. Mirabas por la ventanilla y lo que se veía era hermoso... los asientos eran súper cómodos, se reclinaban y podías dormir tranquilamente. Había calefacción, y eso hacía que no te despertaras. Había mozas que pasaban ofreciéndote comida. Pensabas que qué bueno, que ojalá que el viaje fuera más largo aún, porque querés descansar lo que no descansaste en todo el año.
Resulta, entonces, que dormís como los dioses. Pero te despertás a la mañana siguiente, y, el panorama cambia. Resulta que la calefacción empieza a molestarte... vos pensaste que iba a hacer frío y te abrigaste de más. Resulta que los asientos se reclinan mucho, cosa positiva a la hora de dormir, pero ahora querés aprovechar para estudiar un y los asientos son tan cómodos que te quedás dormida. Te quedaste sin plata, de tanto comprar boludeces cada vez que la mujer pasaba vendiendo comida con el carrito, y ahora morís de hambre y te perturba escuchar las rueditas, y la voz de la mujer, el ruido de la plata de la gente que compra cosas y el ruido de tu estómago. Sólo pensas quierollegarquierollegarquierollegar.

El viaje se termina, y llegás. Era todo tal cual te imaginabas: la gente, el idioma, el lugar donde vas a dormir, la comida, las plazas, los autos, las construcciones. "Uf -pensás- qué suerte que planié todo tanto, que me figuré cómo iba a ser toda la situación, que me situé tantas veces en este momento... " Pero te pasa que, a pesar de haber pensado compulsivamente en ello, te sentís diferente. El finalmente estar ahí, te da vuelta 180° la situación. Resulta que había cosas que no habías planificado... con el mismo escenario, te vienen sentimientos que ni ahí se te habían ocurrido que podías experimentar. Pero "pucha -decís- cómo no me di cuenta de ésto, o aquello. Si sabía que esto iba a hacer así, por qué no traje tal cosa." Pero resulta que había cosas que no podías haber planificado. Así como cuando te querías bajar del tren, así como cuando te subiste al tren. Probablemente ahora te figures de ciertas cosas que no viste antes de salir de tu casa. O te des cuenta de nuevas cosas positivas del tren, aunque el calor y la mujer con el carrito de comida.

El tema es, que aunque una piense y piense, y le dé vuelta a las situaciones... desde lo mental no se puede tener la perspectiva que se adquiere desde lo real. Estar parada en determinado lugar realmente te cambia la cabeza.
Es muy loco. Y me molesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario